Existen endulzantes que son concesiones mínimas y que vas dando a lo largo de la negociación para darle más relevancia, no es conveniente decir todas las concesiones al mismo tiempo.
El guardar una concesión final para el cierre ayuda a mejorar la relación con la otra parte negociadora; puede ser una cosa menor, pero apreciada por la contraparte, por ejemplo: “Yo paso a recoger los embalajes utilizados para el envío de mis productos y te hago una bonificación en la factura total por el valor de las tarimas”. Esto genera mucha confianza y ganas de seguir trabajando en conjunto entre ambos negociadores.