Una vez que el producto disruptivo (desplazante) logra establecerse en un nuevo nicho de mercado o en el mercado de bajo precio, el ciclo de mejora inicia.

Debido a que el avance de la tecnología excede la capacidad de uso, de los consumidores, sucede que la tecnología que antes no era lo suficientemente buena, eventualmente termina mejorando lo suficiente para hacer intersección con las necesidades de los clientes más exigentes.

Cuando ocurre lo anterior, los productos o servicios disruptivos están en el camino que finalmente les permitirá la posibilidad de ganarles a los competidores establecidos. Mientras que los líderes de las industrias casi siempre triunfan en la innovación incremental sostenida, las nuevas empresas son las que han tenido éxito con innovaciones disruptivas (desplazantes).

La innovación disruptiva tiene un efecto paralizador sobre los líderes del mercado, ya que estos con sus procesos y presupuestos asignados y diseñados para la innovación incremental, están continuamente imposibilitados para responder.

Generalmente, los líderes de la industria están motivados para abarcar nichos superiores, altos o de lujo del mercado y casi nunca les motiva defender nuevos nichos o el mercado bajo (bajo precio), que los disruptores encuentran tan atractivos.

Así tenemos por ejemplo a Facebook, red social digital que en poco tiempo se hizo líder proporcionando un servicio novedoso, práctico y sin costo para el usuario y que en poco tiempo logró la masificación.

Otro ejemplo es Skype que se enfocó en el modelo de voz IP, cuando las grandes compañías líderes en telecomunicaciones ni se ocupaban de esta tecnología, mientras tanto Skype, poco a poco, logró encontrar su nicho para más tarde llegar a convertirse en uno de los líderes de la industria de comunicación.

Finalmente, otro ejemplo reciente es el de la industria de la música, que cambió la forma de distribuir y hacer llegar la música a sus consumidores, por vía internet. Esta nueva forma de distribución y acceso a la música está dejando obsoletos los modelos tradicionales de comercialización de la música (Christensen y Raynor, 2003).

Recordemos que Schumpeter (1984), connotado economista austriaco, que en su obra “Los ciclos económicos” de 1942 describe el proceso económico de "destrucción creativa", por medio del cual la riqueza se crea cuando las estructuras de mercado existentes son interrumpidas por la introducción de nuevos productos o servicios que desplazan recursos de las empresas existentes y causando que nuevas empresas crezcan.

La clave de este ciclo de actividad económica es: la entrada competitiva de la innovación "nuevas combinaciones" que impulsan la evolución dinámica de la economía.